Las siguientes ordenes representan las elecciones más comunes de los adalides. Los miembros de estas ordenes no necesariamente están unidos, pero existen algunas organizaciones que están compuestas por adalides que pertenecen, todo ellos, a una orden específica.
Un adalid que pertenece a esta orden sólo se sirve a sí mismo, actuando para promover sus propios objetivos y aumentar su prestigio. Los adalides de esta orden tienden a ser egoístas e interesados sólo en sus metas y objetivos personales.
Los adalides que se unen a la orden de la espada dedican sus vidas al código de caballería, viviendo una vida de honor, valor y rectitud. Los adalides de esta orden tienden a jurar servir a un señor o señora. De todas las ordenes, la orden de la espada quizás es la más amplia en términos de su enfoque e ideales.
Los adalides que se unen a la orden de la estrella se dedican a la protección y al servicio de una fe y sus miembros. Los adalides pertenecientes a esta orden tienden a seguir muchos de los principios y guías de la religión a la que sirven. Cuando un adalid se una a esta orden, debe elegir una religión a la que servir.
Los adalides de la orden de la rosa azul se dedican a promover la paz en las tierras que recorren. Guerreros hábiles y diplomáticos expertos, estos adalides aconsejan sabiduría, paciencia y comprensión, pero siempre son conscientes de la necesidad de tomar las armas para derrotar a los agresores, tiranos o usurpadores malvados. Aunque creen de todo corazón en la paz como objetivo y meta final, los adalides de la rosa azul son guerreros en primer lugar y aceptan su papel como guardianes de aquellos que no pueden o no quieren tomar las armas para defenderse.
Los adalides que pertenece a la orden del dragón se dedican a un grupo de individuos afines, ya sea una compañía mercenaria o un pequeño grupo de aventureros. Estos adalides creen en la lealtad y en la amistad y están dispuestos a entregar sus vidas para proteger a sus aliados.
Los adalides que se unen a la orden del escudo dedican sus vidas a proteger a la gente corriente, desde el simple granjero al artesano honrado. Estos adalides aguantan contra viento y marea, protegiendo al inocente de los merodeadores errantes y los monstruos hambrientos.
La mayoría de samuráis se adhieren al código del guerrero, que enfatiza el deber, el honor, la lealtad y la obediencia. Este código se extiende no sólo al amo y señor del samurái, sino también a sus compañeros y familia. Los samuráis que siguen la Orden del Guerrero se encuentran entre los guerreros más respetados y temidos de sus tierras.
Un adalid que pertenece a esta orden se ha comprometido con un soberano; sea un rey, una reina o incluso un señor de la guerra local. Los adalides de esta orden son leales y están dedicados a su causa, dispuestos a llegar donde haga falta para garantizar la seguridad de su señor y su dominio.
Los adalides de la orden del sello forman una orden secreta, cada uno de ellos encargado de la protección de un objeto específico (como un objeto mágico peligroso), un lugar (un templo perdido) o un secreto (que cierto campesino es en realidad el último descendiente de la línea real). Estos adalides son los defensores de antiguas tradiciones o los servidores de gobernantes con secretos importantes que ocultar, y a veces tienen que buscar dichos secretos para protegerlos y preservarlos adecuadamente.
El conocimiento es la base tanto para la verdad y el poder. Los miembros de esta orden se dedican a la preservación del conocimiento. La mayoría protegerán el conocimiento escrito a cualquier precio, pero hay miembros que creen que existen conocimientos demasiado peligrosos como para permitir que existan y tratan de destruirlos.
Aunque la mayoría de samuráis pertenecen a la Orden del Guerrero, dedicando sus numerosas habilidades al servicio de un señor, tierra y pueblo, algunos se quedan sin amo, ya sea debido a una desgracia o a la muerte, o a veces por propia elección. Estos samuráis, conocidos como ronin, vagan por las tierras sirviendo a su propio código de ideales. Aunque los ronin son bastante más libres para hacer lo que les plazca, no reciben las mismas muestras de respeto y apoyo con las que puede contar un samurái más dedicado. Ten en cuenta que los adalides pueden elegir esta orden, pero en vez de ronin se les suele llamar caballeros andantes.
Normalmente, cuando un samurái desea cambiar de orden, debe someterse a un largo proceso que requiere que se adhiera a los edictos de su nueva orden durante un periodo de tiempo antes de obtener sus beneficios. En el caso del ronin esto no es necesario. Cuando un samurái decide convertirse en ronin, pierde inmediatamente todos los bonificadores, habilidades y aptitudes de su orden anterior y obtiene los de la Orden del Ronin. Si desea volver a dedicarse a otra orden debe seguir las reglas habituales.
Descripción de las Razas |
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